miércoles, 5 de septiembre de 2012

El rey leproso.

¡Hola, personillas!
Este domingo es mi cumpleaños, así que voy a celebrarlo por adelantado de la mejor manera que sé: escribiendo un post.

La Edad Media está llena de grandes figuras históricas. No es mi intención hacer una lista de ellas. Solo quiero fijarme en una que, para mí, es harto fascinante: Balduino IV de Jerusalén.
A muchos de vosotros os sonará este personaje por la película "El Reino de los Cielos".

Hijo del rey Amalarico I de Jerusalén, Balduino nació en el año 1161.
Su vida era la de un príncipe normal, lidiando con sus obligaciones en la corte y acudiendo a las clases que impartía su mentor, Guillermo de Tiro. Hasta que, un día, el obispo descubrió algo que cambiaría la vida de Balduino para siempre. El príncipe estaba jugando con sus amigos a un extraño juego: clavar las uñas en los brazos de los otros niños para ver quien aguantaba más el dolor. Todos se quedaron asombrados cuando le tocó a Balduino: por mucho que le clavaran las uñas, él no sentía dolor alguno. ¡Ni siquiera sangraba! Esto llamó la atención de Guillermo, el cual fue rápido a examinar al niño. Se llevó las manos a la cabeza tras terminar su análisis: el príncipe padecía la lepra.
En nuestros tiempos, la lepra es una enfermedad que se puede tratar y que solo reviste gravedad para quien la porta. En la Edad Media no era así. Existía la creencia de que la lepra era una enfermedad contagiosa e incurable. Aquellos que la padecían eran recluidos en un lazareto y la gente que los veía en las calles los trataba como si fueran muertos en vida.

Pero no pasó así con Balduino.
Su padre murió en 1174, siendo el príncipe todavía demasiado joven para reinar por lo que se eligieron a varios regentes. La enfermedad del joven no le auguraba una larga vida por lo que se comenzaron a firmar alianzas con otros estados para que el trono de Jerusalén no se quedara vacío.

En 1176, Baaduino alcanzó la mayoría de edad.
A pesar de su enfermedad, el nuevo rey era valiente, noble y sensato. Sabía que el reino que había heredado era como un castillo de naipes sobre un bloque de gelatina: una pequeña vibración y todo se iría al traste; y una de esas vibraciones era Saladino.
Saladino decidió avanzar con sus tropas cerca de Gaza en 1177. El rey leproso no se lo pensó dos veces y, con la ayuda del caballero Reinaldo de Chatillón, derrotó al ejército musulmán en la batalla de Montgisard. Un dato curioso de esta confrontación es que Saladino estuvo a punto de ser capturado de no ser por su guardia de mamelucos.
A raíz de esa batalla, Balduino firmó un tratado de no agresión con Saladino. El rey sabía que si el sultán asediaba Jerusalén, todo estaría perdido. Sin embargo, Reinaldo, apoyado por los templarios, no respetó el tratado al atacar una y otra vez a las caravanas de comerciantes musulmanes que viajaban hacia La Meca. Balduino no podía hacer nada y Saladino juró vengarse.

En 1180, Balduino casa a su hermana Sibila con Guido de Lusiñán el cual, para más inri, era colega de Reinaldo. Ante los ataque de Saladino por los saqueos llevados acabo por Reinaldo, Balduino nombró regente a Guido. Al igual que el caballero francés, Guido era de todo menos un buen gobernante, así que Balduino decidió destituirlo.

Tras la destitución de Guido, en 1183, Balduino tuvo que enfrentarse a su última prueba. Saladino inició un ataque a gran escala a Al Kerak, la fortaleza de Reinaldo. El rey lideró en persona al ejército de Jerusalén contra las fuerzas de asedio del sultán. Este, al ver la que se avecinaba, desistió del ataque y se retiró.
Esto supuso una inyección de moral para los cruzados. Pensadlo. Un hombre que padece una gravísima enfermedad es capaz de liderar a un ejército hacia la victoria contra el hombre más temido del mundo.

Estos esfuerzos estaban muy por encima de la fortaleza física de Balduino. La lepra lo había debilitado considerablemente. Estaba completamente ciego, su cara terriblemente desfigurada y había perdido varios dedos de las manos y de los pies.
En 1185, a los 24 años de edad, Balduino IV murió. Su valentía, su inteligencia y el hecho de haber tenido que gobernar aquejado de una gravísima enfermedad hizo que muchos le lloraran al oír la noticia de su muerte. Para muchos, fue el ejemplo de como debía de ser un buen rey.

2 comentarios:

  1. He aquí algo de lo que no abunda: un rey con un par de cojones :D

    Muy buen post, colega. En la peli de Ridley creo que hacía de Balduino el gran Edward Norton, aunque no se le llega a ver la cara XD

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    Respuestas
    1. Pese a su enfermedad, demostró que podía gobernar su reino con total eficacia.

      Sí, era Edward Norton el actor que interpretaba a Balduino en "El Reino de los Cielos". Lo de la máscara es una licencia de los de vestuario: no se tienen pruebas de que Balduino cubriera su rostro con una máscara. Tal vez lo hiciera con una capucha o con algún tipo de velo.

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