jueves, 4 de octubre de 2012

Manual del Colonizador

¡Hola, personas!
Hoy toca un relatillo.
Se me ocurrió el otro día mientras lidiaba con el TFM y el Cronomeme. Espero que os guste.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Bienvenido!
Si está leyendo esta cápsula de datos le felicito.
Ha pasado usted con éxito las pruebas de calificación de Industrias Van Haarde y, tras el pago de las tasas pertinentes a la Oficina de Asuntos Coloniales, ha conseguido el título de colonizador en nombre de nuestra corporación. Déjeme decirle que un gran futuro le aguarda.
Sé que esta es una tarea que conlleva una gran responsabilidad. No se preocupe. En el interior de este dispositivo encontrará una breve guía sobre qué es lo que debe hacer para poder fundar una colonia en nombre de Industrias Van Haarde y de la reina.
¡Comencemos, pues!

Capítulo 1: ¿Qué es una colonia?

Bueno, esa pregunta venía en el examen de aptitud de la empresa pero el paso del tiempo y el daño cerebral a largo plazo que produce el reactor nuclear de su nave pueden que haya trastocado su memoria. Tranquilo.
Una colonia es todo emplazamiento situado fuera del planeta natal del Imperio Humano, la Tierra. Este emplazamiento puede estar situado en un planeta, en una luna o en flotando en el espacio. Este último tipo se denomina "estación espacial" y solo está permitido construirlo si el colonizador posee un permiso especial de la Oficina de Asuntos Coloniales firmado por el Primer Ministro, el Ministro de Asuntos Coloniales y la propia reina.

Capítulo 2: ¿Qué necesito para fundar una colonia?

Lo primero que se necesita para fundar una colonia es el material pertinente.
Lo básico sería un autómata-sonda para analizar los recursos del lugar a colonizar, una minadora para extraer los recursos minerales, una granja para el alimento necesario para los colonos y un hábitat para darles cobijo mientras se está construyendo la colonia.
Algo más avanzado sería el uso de un dispositivo de terraformación. No todos los lugares que usted va a colonizar son vergeles exhuberantes. Prepárese para visitar planetas donde la supervivencia del más fuerte reina las veinticuatro horas del día: sin atmósfera, sin suelos fértiles, etc. El dispositivo de terraformación le ayudará a convertir un yermo nuclear en un lugar apto para vivir, llevando acabo en cuestión de días lo que la madre naturaleza haría en billones de años.
Lo siguiente sería contar con un personal especializado.
Un ecólogo se encargaría de estudiar el posible aprovechamiento de los ecosistemas del lugar, un ingeniero supervisaría las obras de construcción y un jefe de seguridad velaría por la buena convivencia de los colonos. Tal vez necesite la ayuda de otros profesionales. Es su deber rodearse del mejor personal cuando lo necesite.

Capítulo 3: He llegado al planeta. Además de construir la colonia, ¿hay que hacer algo más?

Por supuesto.
Antes de poner la primera piedra de lo que será su paraíso en otro mundo debe pronunciar el juramento de lealtad a su corporación y a la reina delante de un notario. Esto le ahorrará problemas a la hora de saber quién llegó primero al lugar en caso de que otro colono de otra corporación haga acto de presencia. Además, el juramento de lealtad le ayudará en caso de ser atacado por fuerzas hostiles.
Eso sí, el juramento conlleva explícitamente que usted jamás cambiará de compañía ni usará su colonia para fines independentistas o terroristas. Todos recordamos el caso de la revuelta de la colonia de Práxis VI, revuelta apagada por el 4º Regimiento de la Guardia Negra. Ya sabe como se las gasta la élite de la élite del ejército real, ¿verdad?

Capítulo 4: Nativos y otras razas alienígenas.

Puede que el planeta que usted está colonizando no esté deshabitado.
Existen dos casos con respecto a este hecho: naciones incivilizadas e imperios alienígenas.
Una nación incivilizada es aquella que no ha conseguido llegar al estado de gobierno institucionalizado. Estos salvajes... Perdón, nativos viven en el pasado más remoto que pueda imaginar. Dado que la esclavitud está penada con la muerte, puede optar por dejarlos en paz. Este tipo de actitud puede ser perjudicial a la larga ya que si comienza a colonizar los territorios de estas tribus, estos se alzarán contra usted. Lo mejor que puede hacer es elevar una queja al Parlamento para que se ponga en marcha una fuerza de invasión.
Pero puede encontrarse con las reticencias de los miembros del Partido Liberal, los cuales abogan por respetar a los colonos. En ese caso, civilícelos. Enséñeles lo maravilloso que es vivir con maquinaria pesada y grifos con agua caliente. Si lo consigue, además de hacer amigos tendrá acceso a mano de obra barata.
El otro caso es de los imperios alienígenas. Por suerte, solo hay dos que sepamos y solo estamos en guerra con uno: el Imperio Inmortal. Si su colonia es atacada por estos seres de orejas de murciélago poco podrá hacer a no ser que en ella haya un regimiento de tropas imperiales.
En cambio, los acuáticos Venucci están más dispuestos a colaborar con nosotros en lo que haga falta. Aprovéchese de su obsesión por el dinero.

Aquí concluye esta breve guía.
Espero haber solucionado todas su dudas y le deseo suerte con el desarrollo de su colonia.
Atte.: Industrias Van Haarde, división de información y protocolo colonial.




4 comentarios:

  1. lo tendre en cuenta para cuando tengamos que dejar la tierra para servir a la causa de los marines espaciales

    ResponderEliminar
  2. Un relato muy original y divertido, ¡gracias por la información!xD
    Por cierto, me ha recordado lejanamente a la publicidad que salía en la peli "Starship Troopers"... solo que aquellos era bastante fascistas :P

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De nada. XD
      Me alegra que te guste. ¡Muchas gracias!
      Por alguna extraña razón, me gustan los vídeos y carteles de propaganda.

      Eliminar

¡Vamos, comenta!
Tu opinión será valorada.